El medico de los muertos
Argumento:
La trama del cuento circunda en que varios muertos, desesperados por el ruido que hacían los vivos al reconstruir la ciudad, les despertó de su descanso haciendo que estos emigraran a otro cementerio donde buscaron asilo; en este campo santo el ruido era insoportable y allí los muertos que se despertaban, buscaban al celador del mismo para hacerle saber sus quejas, pues el cementerio había quedado más arriba de la calle principal de la ciudad reconstruida y esto causaba al pasar la maquina excavadora que la tierra se estremeciera y los ruidos fuesen insoportables para los muertos ; buscaron sin parar al vigilante del cementerio , hasta dar con él , quien en su condición de muerto se sentía sin voluntad para darles una respuesta y alentó a todos a buscar al médico allí enterrado , quien en vida fue abnegado en su profesión, pero ahora trataba de indicarle a los muertos que debían volver a su tumba pues ya no había otra salida, estos reaccionaron en acotarle que él presentaba síntomas de vida y que al caer en cuenta este decide volver a su tumba de nuevo y así todos lo siguieron sin chistar y volvieron a su descanso eterno.
Figuras literarias:
Hipérbole: “pero, ¡oiga!, usted no está nada mejor tampoco; usted presenta síntomas inequívocos… síntomas alarmantes… ¡síntomas de vida! “
Humanización: “las luchas de las raíces entre sí, sus tácticas y astucias…”
Personajes:
Personajes primarios
El medico de los muertos y Pompilio Urbano
Personajes secundarios
Difuntos no identificados (esqueletos)
Formas expresivas:
Dialogo:
— ¿Por el médico? —preguntaron varias voces.
—Sí; ¿no saben que tenemos aquí un médico?
—No lo sabíamos; no lo sabíamos —respondieron todos a la vez.
—Bueno es saberlo —añadió uno—. Aunque a mí nunca me duele nada —agregó al punto, tocando madera a una cruz vecina.
—Sí; ¿no saben que tenemos aquí un médico?
—No lo sabíamos; no lo sabíamos —respondieron todos a la vez.
—Bueno es saberlo —añadió uno—. Aunque a mí nunca me duele nada —agregó al punto, tocando madera a una cruz vecina.
Descripción:
Durante muchísimos años, el pequeño cementerio había sido un verdadero lugar de reposo, dentro de sus amarillentos paredones, detrás de la herrumbrosa y alta puerta cerrada. Algunos árboles, entretanto habían crecido; se habían vuelto coposos y corpulentos; al mismo tiempo, la ciudad fue creciendo también; poco a poco fue acercándose al cementerio, y acabó, finalmente, por rodearlo y dejarlo atrás, enclavado en el interior de un barrio nuevo.
Narración:
Una noche llegaron, en doliente caravana, los muertos que habían sido arrojados de otro distante cementerio (en donde una compañía comenzaba a levantar sus imponentes bloques), y pidieron sitio y descansos a sus hermanos; estos refunfuñaron; pero les dieron puesto, al cabo, estrechándose un poco, y juntos durmieron todos nuevamente.
Tiempo:
Pasado: Ellos se daban vuelta, se tapaban los oídos, se acomodaban lo mejor que podían.
Presente: Más nunca os voy a decir: «¡Quedad en paz! ¡Descansad en paz!». Ya sé lo que es vuestro descanso, vuestro eterno descanso… ¡Momentánea pausa apenas!
¡Efímero intermedio!
¡Efímero intermedio!
Punto de vista: omnisciente
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